martes, 6 de abril de 2010

"Cómo entrenar a tu Dragón"

Es, lejos, la película más sorprendente que me he topado en este último rato. Simplemente porque es mucho más de lo que nos habían dicho que sería. Es decir, uno espera grandes cosas de PIXAR, siempre, y esta película de Dreamworks apenas contó con la difusión normal de una cinta para niños. Siendo que es mucho más, tanto como para superar, por ejemplo, la narración de la multi-mega elogiada "Avatar".


Lección 1: Ama a tu dragón.


No, no mencioné "Avatar" porque sí. Hay muchos puntos en común entre ambas películas, la mayoría mejor resueltos por los vikingos que pos los na'vi.


Una vez más, una película de animación gira en torno al contingente tema del calentamiento global y de la ecología, argumentando la urgente necesidad de reconectarnos con la naturaleza. Las diferencias, "Como entrenar a tu Dragón" lo hace de forma tan didáctica y entretenida que es irresistible, y sin hacer el alarde fatalista de que el mundo se va a acabar. Simplemente, propone una mejor alternativa a nuestro actual estilo de vida, el cual no nos ha llevado muy lejos.


Nuestro joven protagonista, Hipo (literalmente, Hiccup, en inglés) es un personaje que parte sin grandes pretensiones: ser el mayor asesino de dragones de la historia y conseguir una novia, objetivos que se plantea más por exigencias del medio que por sus propios deseos. Sin embargo, lo que lo diferencia del resto es que piensa y se esfuerza por entender el mundo de cierta manera que lo lleva a ser rechazado por sus iguales, los grandes, rudos y violentos vikingos, que más que vivir, sobreviven, siempre enfrentándose al mundo.
Del otro lado, los dragones son los representantes del mundo, de lo salvaje y de lo desconocido - y de muchas otras cosas, si consulta a su mitología favorita - que debe ser arrasado para garantizar la preservación de este pequeño, pero soberano pueblito vikingo.


Esta dialéctica es a prueba de fallos, y como en "Romeo y Julieta", un miembro de cada se tropieza con otro, volviéndose cada uno necesario para la subsistencia del otro y, finalmente, para la de todos los demás.


Es interesante que sean dragones y no otra criatura. Como nota curiosa, en todas las mitologías occidentales, los dragones y serpientes representan la perdición (ver la manzana de Eva o San Jorge y el Dragón) mientras que en oriente es la representación mística del equilibrio entre la naturaleza y el ser. ¿No será que, por fin, nos estamos acercando a nuestros hermanos de oriente?


Lección 2: Cuéntale un cuento.


Como suele ser, la gran virtud de una película está en el cuento y cómo se cuenta, y no tanto en los alardes técnicos. Y de vez en cuando, aparece una joyita equilibrada como ésta.


La reciente "Avatar" era una saturación de efectos especiales de desbordante belleza, con una historia buena, pero sin grandes alcances. Principalmente por los grandes esfuerzos que hace la película por ser evidente, hasta obvia, en su mensaje. Muchas veces la insistencia termina por quitarle valor al propósito, como cuando decimos una palabra una y otra vez, hasta que pierde significado.


"Como entrenar a tu dragón", en cambio, si bien es de una tremenda belleza técnica (el vuelo entre los acantilados no tiene nada que envidiarle a las islas flotantes de Pandora), no se atosiga a sí misma de su propia riqueza estética, mantiene los tonos en lo justo y necesario, y se preocupa más de contar su cuento que de lavarnos el cerebro. Por lo mismo, es mucho más eficiente en lo segundo.
Es que nadie puede hacer un personaje tan querible como el dragón Chimuelo (el desafortunado nombre según la traducción). Por otro lado, es muy fácil identificarse con Hipo, hijo del padre modelo, una figura autoritaria que guía a su pueblo a una pelea que es la única forma de garantizar la supervivencia, un personaje con un discurso muy similar al de cierto ex-presidente norteamericano, pero menos obvio y más querible que el antagonista de "Avatar", otra alusión al George W.

Lección 3: Olvide todo lo que sabe.


El instinto, lo básico, lo primordial es más importante que la técnica y las fórmulas conocidas hasta ahora. El mundo ha cambiado y de repente hace falta hacer una revisión sobre lo que creemos saber, sobre como creemos que es el mundo en que vivimos. Mucho de eso hay en "Como entrenar a tu Dragón" y no solo un cambio de conducta producto de las circunstancias (que es lo que propone "Avatar"). Es un cambio del conocimiento, y sugerir que, en una de esas, todo lo que sabemos está mal.


Y no queda otra que entrenar a nuestros propios dragones, sean nuestra perdición o nuestro equilibrio.


How to train your dragon
2010

Dirección y guión: Dean DeBlois, Chris Sanders
Basado en el libro del mismo título, por Cressida Cowell
Dirección de Arte: Pierre-Olivier Vincent
Música: John Powell
Edición: Maryann Brandon, Darren T. Holmes
Producción: Bonnie Arnold

Mad Hatter Films
Dreamworks

EEUU