jueves, 8 de julio de 2010

Gojira: el rey de los monstruos



Gojira, o más conocido como Godzilla en su traducción al ingles, es uno de los íconos de la cultura japonesa pop más celebres en occidente, ha protagonizado veintiocho películas y un remake en estados unidos. Su fama es tal que incluso aquellas personas que no han visto jamás uno de sus films saben de quien se habla y como luce, y es que su importancia radica no solo en ser un hombre disfrazado de dinosaurio gigante y en como aplasta maquetas que simulan ciudades, su importancia para Japón es el vivo recuerdo del más grande dolor que cargan, la bomba atómica.

Antes de la catástrofe, Japón estaba sumergido en una fiebre nacionalista, la cual era alimentada por propaganda militar que confirmaba una victoria segura, pero también elevaba al pueblo nipón como una raza de elegidos. En un comienzo los japoneses ganaron muchas batallas, pero a medida que avanzaba la guerra las cosas comenzaron a cambiar. Estados Unidos de América ganó la batalla de Midway, luego continúo con la isla de Saipán, seguido de la campaña de Filipinas (1941-1942) en la que Japón obtuvo la victoria hasta la vuelta de los Norteamericanos el veinte de octubre de 1944; y por último con la batalla de Okinawa o “operación iceberg” en donde los Estados Unidos colocaría una base aérea. Tras un sangriento historial de lucha en el cual hasta los niños y las mujeres defendían su país, USA lanzó una bomba nuclear en Hiroshima matando a 140.000 personas. Tras esto Japón se negó a rendirse y fue lanzada la segunda Bomba en Nagasaki, dejando 80.000 muertos. Japón debió rendirse con su orgullo hecho añicos y entregarse a manos de Estados Unidos. ¿Cómo Japón podría afrentar su dolor?, desde ese momento comenzó a nacer el verdadero Gojira, el verdadero monstruo, el fantasma de la bomba nuclear.

Gojira se estreno en 1954, siendo la reencarnación perfecta de la bomba y sus consecuencias. Las características del monstruo se basaron en la bomba, el mismo director Hishiro Honda dijo “Gojira debe ser como la bomba nuclear en el aire, imparable”; gracias a esto el rey de los monstruos adquirió su aliento nuclear, su gran tamaño e inmunidad a las armas de fuego. A pesar de que la idea inicial no se vinculaba con la bomba, a medida que se comenzaba a gestar el film y el guión se dieron cuenta que el verdadero génesis del monstruo fue involuntariamente la reencarnación de esta, así fue como todo el argumento y simbolismos giran en torno a ello. A medida que transcurren los años el génesis de Godzilla fue dejado de lado, pero no olvidado; el año 2004 Gojira estrenó su última película titulada “Godzilla Final Wars”, en la que un niño le pregunta a su abuelo “¿Por qué Godzilla es tan malo con los hombres?”, el abuelo le responde “hace mucho tiempo los hombres hicieron un gran mal y de el nació un gigantesco fuego que se elevó hasta los cielos, Godzilla nació de ese horror y nos quiere hacer pagar”.

Los japoneses dicen haber dejado atrás lo sucedido, y en cierta forma es verdad ya que en todo el film jamás se menciona a la bomba, a Estados Unidos o a la segunda guerra mundial, astutamente la crítica va por otro lado, va dirigida al concepto de arma de destrucción masiva. En la trama del primer film Godzilla es imparable, para detenerlo se le pide al Doctor Serizawa utilizar su invento llamado “oxygen destroyer” el cual descompone y destruye todo ser viviente que esté en contacto con el agua dentro de un gigantesco radio. A pesar del horrible invento de Serizawa el personaje sigue siendo humano, no es culpado y mostrado como un monstruo. Tras aceptar utilizar su nueva arma de destrucción masiva decide quemar sus escritos y se suicida al momento de usar el invento, muriendo bajo el agua; todo un héroe pero, su sacrificio fue en vano ya que a pesar de todo Godzilla no muere, se regenera.


Hay tres generaciones de films de Godzilla, en cada una hay un génesis distinto del monstruo. En la primera (Generación Showa) es un dinosaurio gigantesco que fue despertado y mutado por una seria de pruebas nucleares en un archipiélago cercano a Japón, en la segunda (Generación Heisei) fue la mutación de un animal ficticio llamado Godzillasaurio, en el cual me detendré para hablar sobre el film “Godzilla Vs King Ghidorah de 1991, la historia es simple; el año 1992 los habitantes de Japón reciben una nave espacial en donde traen dentro a los habitantes de la tierra del año 2204, ellos proponen la destrucción de Godzilla en su momento de origen y viajan a la época de la segunda guerra mundial para acabar con el Godzillasaurio (un dinosaurio ficticio que vivió contemporáneamente a los humanos) El dinosaurio sale muy mal herido tras ayudar a los japoneses en una batalla contra los Norteamericanos, pero aun así logra vencerlos. Tras el enfrentamiento los japoneses siguen al animal a su lecho de muerte para agradecerle, pero lo dejan desangrándose diciendo que no lo pueden ayudar, el odio del dinosaurio encontrará la forma de mutar gracias a la bomba para luego volverse un Godzilla aun más peligroso. El mensaje resulta por primera vez evidente, y a los japoneses no les agradó mucho el film por su frontalidad, irónicamente es el film que más les gusta a los Estadounidenses fanáticos del rey de los monstruos.

Japón logró salir adelante gracias a USA, Pero a pesar de decir que todo está olvidado, los japoneses son un país con una herida muy grande, la cual debe cargar a pesar de su gran desarrollo económico; su cultura se vio pasada a llevar notablemente y su orgullo aun no se repone; tal vez es por eso que Godzilla volverá el 2012 a manos de Legendary pictures, pero dejará Tokio para atacar ahora a su creador, los Estados unidos de América. ¿será la venganza de los nipones?.




martes, 6 de julio de 2010

25º Aniversario de "Volver al Futuro"

El pasado 3 de julio se cumplieron 25 años del estreno de "Back to the Future", la primera parte de una trilogía que se ha convertido en un clásico. Cuando decimos que es el tiempo el encargado de tasar el valor real del arte, nos referimos a esto. Sí, puede que el valor "artístico" de esta saga sea altamente discutible - lo que nos llevaría, una vez más, a una larga y trasnochada tertulia sobre "qué es arte", que hoy no vale la pena. Pero mucho menos rebatibles son sus implicancias estéticas, que dejaron legado y se asentaron cómodamente en la memoria de varias generaciones que la vieron en el cine y luego en sucesivas repeticiones en televisión abierta, tanto así, que algunos nos acordamos más de las versiones dobladas que en su idioma original.

La Nueva Generación

Comenzaba la década de los 80 y con ella se venía una nueva camada de directores en Hollywood, que años después se convertirían en los regalones de la industria. Mientras en la década anterior, la generación de Scorsese y Ford Coppola daba mucho que hablar con su cine "independiente" y más lejano de los valores clásicos de la industria hollywoodense - aunque igualmente exitosos dentro de ella - el cambio de folio traía consigo a Steven Spielberg, James Cameron, George Lucas y Robert Zemeckis, entre otros, todos ellos con el ánimo de inventarlo todo de nuevo y con muchas ganas de llegar al gran, gran público. En otras palabras, venían a hacer cine de entretenimiento.

Zemeckis había hecho un par de películas en los últimos diez años, ninguna con mucho éxito - ni de mucha calidad. Luego de un trajín bastante irregular, en 1984 consiguió que el ya consagrado Spielberg, siempre con mucho ojo para los taquillazos, le produjera "Back to the Future", por 19 millones de dólares, lo que no era exactamente una apuesta riesgosa. Sin embargo, fue rentable; tras un tremendo éxito de taquilla la película terminó ganando 210 millones.

Ese fue el despegue de Zemeckis, cuya siguiente película sería la también clásica "¿Quién engañó a Roger Rabbit?" (1988) y la seguidilla de "Back to the Future", que se convirtió en una trilogía, a pesar de que nadie tenía la idea en mente cuando se estrenó la primera parte.

La moda

Hay cosas en "Back to the Future", en las tres, que nos saltan al ojo de forma automática, y que recordamos instantáneamente cuando nos la mencionan. El Delorean es el ejemplo más claro. Todos soñamos con ese auto cuando chicos - y algunos siguen hasta hoy - y grande fue la decepción cuando nos enteramos de que, en la vida real, fue un fiasco de mercado. Pero no importa, igual queremos uno.

El airboard que aparece en la segunda película también se hizo muy famoso, como las zapatillas Nike futuristas que el hijo de Marty McFly utiliza en esa misma película; fue tanta la demanda de los consumidores por ellas que la empresa se vio obligada a hacer una edición especial, a un precio acorde.

Pero lo de verdad inolvidable no es la mercadotecnia, claro está.

El Guión

Linda Seger, una de las correctoras y estudiosas de guión más reputadas de la industria ha definido el de la primera parte de "Back to the Future" como algo que "no hay que tocarlo, es perfecto".

Nada que hacerle; camina solo. Tiene todas las virtudes que un guión dramático puede tener. Lo escrito en conjunto por Bob Gale y el mismo Zemeckis es una obra de arte de la causalidad y la fatalidad de la tragedia, y muy pocas veces había sido tan bien retratada la angustia de la lucha con el tiempo. Es cosa de ver el clímax, analizarlo, estudiarlo, desmenuzarlos como un rompecabezas para darse cuenta de que cada pieza está exactamente donde debería, y que todo lo demás se cae si falta un solo tornillo.

Mención aparte, sus personajes. Ni Michael J. Fox ni Chritopher Lloyd volvieron nunca a tener papeles tan trascendentes en su carrera. Les pasó lo que a muchos actores que pasan a la inmortalidad con un personaje icónico. Marty McFly y Emmett Brown son, de alguna forma, mucho más de lo que llegaron a ser los actores que los encarnaron.

El Tiempo

... es la medida de todas las cosas. Y paradójicamente, es el ingrediente clave de esta película, porque ha sido catalogada con el dudoso título de la mejor película sobre viajes en el tiempo de toda la historia, pero también porque hace uso preciso de aquel viejo principio de la carrera contra el tiempo que todo buen suspenso requiere. El jugar con un deadline, y evidenciar que eso que todos hemos dicho alguna vez de querer adivinar el futuro no es más que una fatalidad que difícilmente nos traerá nada bueno, son parte de esa angustia tan efectiva puesta en funcionamiento en este guión, y felizmente, en esta película.

Hace 25 años, el día del estreno, Zemeckis nunca pensó en hacer una trilogía. Mucho menos que su película superaría la categoría de "de culto" para convertirse en un clásico del entretenimiento. Es una pena que el director se haya perdido con los años y que luego de "Forrest Gump" (1994) y "Cast Away" (2000) esté perdiendo el tiempo con sus animaciones tecnologizadas en "Beowulf", "The Polar Express" y la reciente "Christmas Carol" - y un próximo remake de "The Yellow Submarine", junten miedo. El tiempo de las grandes obras de entretenimiento, con guiones ágiles y con suspenso quedó atrás. Lo más probable es que en diez años más, cuando celebremos los 35 años de "Back to the Future", nos acordemos más de Marty McFly y de Roger Rabbit que toda la obra posterior.